La Sábana Santa es el admirable documento que detalla, con rigor científico, la extrema crueldad con que los hombres golpeamos a Jesús en la Pasión. La Sábana Santa es también un excelente "libro" de espiritualidad, en donde el alma puede meditar, en todo momento, sobre la inmensidad del Amor de Cristo Jesús y cuánto le costó el habernos amado.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Testimonios de Papas, Obispos, médicos y diversos estudiosos sobre la Sábana Santa





Existen documentos que atestiguan que a la Síndone la han venerado reyes, papas, santos y creyentes de toda clase y condición. Desde Paulo II a Sixto IV, pasando por Julio II, León X, Clemente VII, Gregorio XIII, Clemente VIII, hasta llegar a Pío VII, quien dos veces veneró y expuso solemnemente la reliquia (en 1804 y 1815), concedían año tras año con largueza favores espirituales y privilegios canónicos a quienes la visitaran y a los lugares en donde la reliquia peregrinaba, delegando en cardenales y legados para que fueran a venerarla personalmente.
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 128 ].
 

PAPAS
 


Pío XI



Pío XI, el 21 de marzo de 1934, día de la presentación de las fotografías oficiales de la Síndone hechas por Enrie en 1931, subrayaba: «Vale más esta fotografía que cualquier estudio».
Este pontífice ha sido uno de los que más se han interesado por la reliquia, como hombre científico que era. El 5 de septiembre de 1936, dirigiéndose a una peregrinación de jóvenes de Acción Católica a los que les fue entregando a cada uno una estampa del Sagrado Rostro que aparece en el Santo Lienzo de Turín, concretaba:
«Proviene de aquel objeto aún misterioso, pero ciertamente no de hechura humana, como puede decirse ya demostrado, que es la Santa Síndone de Turín. Decíamos que es misterioso, porque todavía es mucho el misterio que envuelve a este Lienzo sagrado, objeto sagrado cual quizá ningún otro en la tierra; mas, según todo lo que hoy día consta del modo más positivo, dejando a un lado toda idea preconcebida de fe y piedad cristiana, seguramente que no es en modo alguno obra del hombre».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 128-129 ].
* * *
Pío XI, el papa archivero e historiador, confesaba el 5 de diciembre de 1937 al P. Righini, S. I.: «Nos no habíamos creído nunca en la autenticidad de la Síndone; pero ahora, la revelación de las fotografías (del año 31) y de toda una serie de estudios críticos nos han convencido».
[ M. SOLÉ, La Sábana Santa de Turín. Su autenticidad y trascendencia, Mensajero, Bilbao 1985, 317 ].

 
 

Pío XII


Pío XII, mientras se celebraba el Congreso Internacional de Sindonología de 1950, dirigió a los participantes un mensaje de bendición en el que denominaba a la Santa Síndone «extraordinario vestigio de la Pasión del Divino Redentor» y encomendaba «que se procurase una veneración universal de tan importante reliquia». El mismo papa, en el mensaje radiado de la clausura del Congreso Eucarístico Nacional de 1953, se refirió a Turín como «la ciudad del Santísimo Sacramento, que custodia como precioso tesoro la Santa Síndone, que muestra a nuestra conmoción y confortación la imagen del cuerpo exánime y del rostro abatido de Jesús».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 129 ].
 
 

Juan XXIII


Juan XXIII, el 16 de febrero de 1956, a los grupos de Cultores Sanctae Sindonis que le presentaban una documentación fotográfica de la reliquia: «Digitus Dei est hic!» («¡El dedo de Dios está aquí!»).
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 129 ].
 
 


Pablo VI





Pablo VI también afirmó varias veces ante grupos de visitantes su devoción por la reliquia y su profunda emoción cuando la contempló por primera vez. El 4 de junio de 1967, en la homilía en San Pedro, confesaba: «Todos los artistas se han medido a traducir, en los colores y en las formas, el rostro divino de Jesús, y no hemos quedado satisfechos. Quizá la sola imagen de la Santa Síndone nos da algo del misterio de esta figura humana y divina, un admirable documento de la pasión, muerte y resurrección de Cristo escrito en caracteres de sangre».
Este convencimiento íntimo fue expresado -sin hacer de ello un artículo de fe- ante millones de televidentes de toda Europa en el mensaje, transmitido el 22 de noviembre de 1973 por Eurovisión, con motivo de la ostensión de la Santa Síndone para la prensa y la televisión: «¡Fortuna inmensa la nuestra, si esta verdadera y superviviente efigie de la Santa Síndone nos permite contemplar el diseño auténtico de la adorable figura física de Nuestro Señor Jesucristo, que en verdad viene a calmar nuestra avidez -hoy tan ardorosa- de poder conocerle también visiblemente! ¿Estamos acaso también nosotros, como los viajeros del camino de Emaús, con los ojos tan nublados que no reconocieron a Jesús resucitado en el peregrino que les acompañaba?».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 129-130 ].
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El 23 de noviembre de 1973, durante la primera ostensión televisiva, envió un radiomensaje sobre la Síndone:
«El rostro de Cristo, allí representado, se nos presentó tan verdadero, tan profundo, tan humano y divino, como en ninguna otra imagen habíamos podido admirar y venerar (...). Cualquiera que sea el juicio histórico y científico que exigentes estudiosos llegarán a manifestar sobre esta sorprendente y misteriosa reliquia, no podemos eximirnos de hacer votos para que esa reliquia sirva para conducir a los visitantes no sólo hacia una absorta observación sensible de las líneas exteriores y mortales de la maravillosa figura del Salvador, sino que pueda además introducirlos a una más penetrante visión de su escondido y fascinante misterio».
[ G. MORETO, Síndone. La guía, Elle Di Ci, Torino 1998, 75 ]
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«Messaggio per l'ostensione televisiva del 1973» (aquí) [ vatican.va ].
«Messaggio per l'ostensione del 1978» (aquí) [ sindone.org ].

 
 



Juan Pablo II



Juan Pablo II, siendo todavía cardenal, veneró la Síndone camino del cónclave que coincidió con la Ostensión de 1978, afirmando:
«Personalmente soy un devoto de esta reliquia desde hace muchos años, desde cuando era un seminarista. Entonces pude leer un libro que hablaba de la Síndone. En Polonia no tenemos mucha facilidad ni posibilidad de venir a Turín a venerar la Síndone; pero, si tuviéramos un poco de libertad, creo que seríamos miles los polacos los que vendríamos a venerarla. Porque la Síndone es un testimonio que habla, en su silencio, de una manera maravillosa. Finalmente he tenido la gracia de lograr ver lo que había leído en el libro. Y de esta visita he quedado muy impresionado».
Dos años más tarde, ya como Pontífice y durante su peregrinación a Turín el 13 de abril de 1980, hablaba con cariño de «la ciudad que custodia una reliquia insólita y misteriosa como la Santa Síndone, singular testigo -si aceptamos los argumentos de tantos científicos- de la pascua: testigo mudo pero al mismo tiempo sorprendentemente elocuente». Una semana después, en audiencia general del 20 de abril, en Roma, definió la Santa Síndone como «la reliquia más espléndida de la pasión y de la resurrección» (puede verse el texto completo aquí).
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 130-131 ].
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En un discurso de Juan Pablo II a las autoridades turinesas el 13 de abril de 1980, recordaba con nostalgia su visita a Turín como peregrino en 1978. Se refiere a la Síndone como "insigne reliquia ligada al misterio de nuestra redención":
«Quando, all’inizio di settembre del 1978, venni a Torino come pellegrino, ansioso di venerare la santa Sindone, insigne reliquia legata al mistero della nostra redenzione, non potevo certamente prevedere, all’indomani della elezione del mio amato predecessore Giovanni Paolo I, che vi sarei tornato, a meno di due anni di distanza, con altre responsabilità ed in altra cornice».
[ Visita pastorale alla Diocesi di Torino. Discorso di Giovanni Paolo II alle autorità torinesi.
Turín, 13 de abril de 1980. Ver texto completo en italiano aquí ].
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Durante el ángelus del domingo 13 de agosto de 2000:
«Ayer, en Turín, se inauguró la ostensión de la Sábana Santa... Esta nueva e importante iniciativa espiritual subraya la íntima relación que existe entre el mensaje de la Sábana Santa y el Año jubilar. Doy las gracias de corazón... por haber ofrecido a los creyentes, que acudirán de todas partes, la posibilidad de venerar este singular testimonio de Cristo. Cada vez que se tiene la posibilidad de contemplarla, se queda profundamente impresionado. Esto me sucedió también a mí. En efecto, recuerdo con viva emoción mis visitas:  la primera, pocas semanas antes de mi elección a la Sede de Pedro; la segunda, durante mi visita a Turín en 1980; y la tercera, con motivo de mi peregrinación, en mayo de 1998, después del grave incendio que estuvo a punto de dañarla seriamente. Cada una de esas ocasiones constituyó una profunda experiencia de gracia. En efecto, en el Hombre de la Sábana Santa, el amor infinito de Dios habla al corazón de todo hombre».
[ Ángelus - Domingo, 13 de agosto de 2000. Ver texto completo aquí ].
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Fragmentos del discurso durante la celebración de la palabra ante la Sábana Santa, en la catedral de Turín el 24 de mayo de 1998:
«La Sábana Santa es un reto a la inteligencia. Ante todo, exige de cada hombre, en particular del investigador, un esfuerzo para captar con humildad el mensaje profundo que transmite a su razón y a su vida. La fascinación misteriosa que ejerce la Sábana Santa impulsa a formular preguntas sobre la relación entre ese lienzo sagrado y los hechos de la historia de Jesús. Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la cruz. La Iglesia los exhorta a afrontar el estudio de la Sábana Santa sin actitudes preconcebidas, que den por descontado resultados que no son tales; los invita a actuar con libertad interior y respeto solícito, tanto en lo que respecta a la metodología científica como a la sensibilidad de los creyentes.
Para el creyente cuenta sobre todo el hecho de que la Sábana Santa es espejo del Evangelio. En efecto, si se reflexiona sobre este lienzo sagrado, no se puede prescindir de la consideración de que la imagen presente en él tiene una relación tan profunda con cuanto narran los evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús, que todo hombre sensible se siente interiormente impresionado y conmovido al contemplarlo. Además, quien se acerca a la Sábana Santa es consciente de que no detiene en sí misma el corazón de la gente, sino que remite a Aquél a cuyo servicio lo puso la Providencia amorosa del Padre. Por tanto, es justo alimentar la conciencia del precioso valor de esta imagen, que todos ven y nadie, por ahora, logra explicar. Para toda persona reflexiva es motivo de consideraciones profundas, que pueden llegar a comprometer su vida.
Así, la Sábana Santa constituye un signo verdaderamente singular que remite a Jesús, la Palabra verdadera del Padre, e invita a conformar la propia vida a la de Aquél que se entregó a sí mismo por nosotros».
[ Discurso de Juan Pablo II durante la celebración de la palabra ante la Sábana Santa.
Catedral de Turín, 24 de mayo de 1998. Ver texto completo aquí ]
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«Giovanni Paolo II e la Sindone» (aquí) , por Giuseppe Ghiberti
[ Centro Internazionale di Sindonologia ].

 
 


Benedicto XVI



Siendo aún cardenal, Joseph Ratzinger pronunció una conferencia titulada «Fe entre razón y sentimiento» en el Teatro Regio de la ciudad de Turín el 14 de junio de 1998. En ella se refirió a la Síndone con estas palabras:
«Meditar y rezar ante la Sábana Santa es una experiencia de fe en el único icono del Misterio Pascual. El lienzo nos acerca inmediatamente a los sufrimientos de Cristo. Frente a esta Sábana, fe, razón y sentimiento se encuentran»
[ Agencia de noticias Zenit, 15 de junio de 1998 ]
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En otra ocasión, durante una entrevista, el cardenal Ratzinger se refirió a la Síndone:
«Señor Cardenal, ¿es posible imaginarse a Jesucristo tal como parece en la Sábana Santa de Turín?
La mortaja de Turín es un misterio, una imagen que todavía no ha encontrado una explicación concluyente, aunque numerosas razones abogan por su autenticidad. En cualquier caso, la fuerza particular de esa figura, las enormes heridas, nos conmueven.
Y su impresionante rostro.
En ese rostro podemos reconocer la pasión de una forma estremecedora. Y vemos, además, una gran dignidad interna. Ese rostro desprende sosiego y resignación, paz y bondad. En este sentido nos ayuda de verdad a imaginarnos a Cristo».
[ J. RATZINGER, Dios y el mundo: creer y vivir en nuestra época. Una conversación con Peter Seewald,
Círculo de Lectores, Barcelona 2002, 187 ].
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Mensaje que envió el cardenal Joseph Ratzinger a los participantes en el encuentro de Rímini (Italia) celebrado del 24 al 30 de agosto de 2002 por iniciativa del movimiento eclesial Comunión y Liberación sobre el tema «La contemplación de la belleza».
«En la pasión de Cristo la estética griega, tan digna de admiración por su presentimiento del contacto con lo divino que, sin embargo, permanece inefable para ella, no se ve abolida sino superada. La experiencia de lo bello recibe una nueva profundidad, un nuevo realismo. Aquel que es la Belleza misma se ha dejado desfigurar el rostro, escupir encima y coronar de espinas. La Sábana Santa de Turín nos permite imaginar todo esto de manera conmovedora. Precisamente en este Rostro desfigurado aparece la auténtica y suprema belleza: la belleza del amor que llega «hasta el extremo» y que por ello se revela más fuerte que la mentira y la violencia».
[ Agencia de noticias Zenit, 29 de abril de 2005. Ver texto completo aquí ]
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«La Sábana Santa de Turín nos permite hacernos una idea de la increíble crueldad de este procedimiento [ la crucifixión ]. Jesús no bebió el calmante que le ofrecieron: asume conscientemente todo el dolor de la crucifixión. Su cuerpo está martirizado; se han cumplido las palabras del Salmo: “Yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo” (Sal 21, 27). “Como uno ante quien se oculta el rostro, era despreciado... Y con todo eran nuestros sufrimientos los que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba” (Is 53, 3 ss)».
[ Meditaciones de Benedicto XVI sobre el Via Crucis del Viernes Santo de 2005. Undécima estación.
Ver texto completo aquí ].
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Lunes, 2 de junio de 2008. En el aula Pablo VI del Vaticano, ante 7000 fieles turineses, el papa Benedicto XVI anuncia una ostensión pública de la Síndone para la primavera de 2010, acogiendo el deseo dle arzobispo de Turín Severino Poletto:
«Será una ocasión sumamente propicia -estoy seguro- para contemplar ese misterioso rostro, que silenciosamente habla al corazón de los hombres, invitándoles a reconocer en él el rostro de Dios». Y añadió: «Si el Señor me da vida y salud, espero ir yo también a visitarla»
[ Agencia de noticias Zenit, 2 de junio de 2008. Ver texto completo aquí ]
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Domingo, 2 de mayo de 2010. El papa Benedicto XVI visita Turín. Dentro de la catedral de San Juan Bautista, que alberga la ostensione de la Síndone, pronuncia una meditación, de la que extraemos algunos fragmentos:
«... la Sábana Santa es el... icono del Sábado Santo. De hecho, es una tela de sepulcro, que ha envuelto el cuerpo de un hombre crucificado, y que corresponde en todo a lo que nos dicen los Evangelios sobre Jesús... la Sábana de Turín nos ofrece la imagen de cómo era su cuerpo en la tumba durante ese tiempo... es testigo precisamente de ese intervalo único e irrepetible en la historia de la humanidad y del universo, en el que Dios, en Jesucristo, ha compartido no sólo nuestro morir, sino también nuestra permanencia en la muerte... desde la oscuridad de la muerte del Hijo de Dios, ha surgido la luz de una nueva esperanza: la luz de la Resurrección. Me parece que al contemplar esta sagrada tela con los ojos de la fe se percibe algo de esa luz. La Sábana Santa ha quedado sumergida en esa oscuridad profunda, pero es al mismo tiempo luminosa; y yo pienso que si miles y miles de personas vienen a venerarla, sin contar a quienes la contemplan a través de las imágenes, es porque en ella no sólo ven la oscuridad, sino también la luz; más que la derrota de la vida y del amor, ven la victoria, la victoria de la vida sobre la muerte, del amor sobre el odio; ciertamente ven la muerte de Jesús, pero entrevén su Resurrección; en el seno de la muerte ahora palpita la vida, pues en ella mora el amor. Este es el poder de la Sábana Santa: del rostro de este "varón de dolores", que carga con la pasión del hombre de todo tiempo y lugar, incluso con nuestras pasiones, nuestros sufrimientos, nuestras dificultades, nuestros pecados --"Passio Christi. Passio hominis"-- emana una solemne majestad, un señorío paradójico. Este rostro, estas manos y estos pies, este costado, todo este cuerpo habla, es en sí mismo una palabra que podemos escuchar en silencio. ¿Cómo habla la Sábana Santa? ¡Habla con la sangre, y la sangre es la vida! La Sábana Santa es un icono escrito con sangre; sangre de un hombre flagelado, coronado de espinas, crucificado y herido en el costado derecho. La imagen impresa en la Sábana Santa es la de un muerto, pero la sangre habla de su vida. Cada traza de sangre habla de amor y de vida. Especialmente esa gran mancha cercana al costado, hecha de la sangre y del agua manados copiosamente de una gran herida provocada por una lanza romana, esa sangre y ese agua hablan de vida. Es como un manantial que murmura en el silencio y nosotros podemos oírlo, podemos escucharlo, en el silencio del Sábado Santo. Queridos amigos, alabemos siempre al Señor por su amor fiel y misericordioso. Al salir de este lugar santo, nos llevamos en los ojos la imagen de la Sábana Santa, llevamos en el corazón esta palabra de amor, y alabamos a Dios con una vida llena de fe, de esperanza y de caridad».
[ Agencia de noticias Zenit, 2 de mayo de 2010. Ver texto completo aquí ]
 
 
 
ARZOBISPOS DE TURÍN
 

Card. Fossati


«Annuncio dell'ostensione del 1933» (aquí) [ sindone.org ].
«Invito all'ostensione del 1933» (aquí) [ sindone.org ].
«Ringraziamento per l'ostensione del 1933» (aquí) [ sindone.org ].
 
 

Card. Pellegrino


«Annuncio dell'ostensione televisiva del 1973» (aquí) [ sindone.org ].
«Messaggio letto durante l'ostensione televisiva del 1973» (aquí) [ sindone.org ].
«Stralci dall'omelia per l'apertura dell'Anno Santo» (aquí) [ sindone.org ].
 
 

Card. Ballestrero


«Messaggio alla vigilia dell'ostensione del 1978» (aquí) [ sindone.org ].
«Omelia per l'inaugurazione dell'ostensione del 1978» (aquí) [ sindone.org ].
«Omelia di chiusura dell'ostensione del 1978» (aquí) [ sindone.org ].
 
 


Card. Saldarini



Durante la fiesta litúrgica de la Santa Síndone, el 4 de mayo de 1990, declaró:
«Hay dos hechos incontrovertibles en relación a la Síndone. Primer hecho: sobre este lienzo, y es único, está impresa la figura de un hombre crucificado, con huellas de sufrimientos y de llagas que, en todos sus detalles, corresponden a la descripción de la pasión y muerte de Jesús según los Evangelios. Segundo hecho: desde el punto de vista científico, la Síndone constituye un caso todavía no explicado. Se le puede llamar con todo derecho "un prodigio histórico", a pesar de la gran cantidad de investigaciones ya realizadas, aunque hasta ahora no hayan sido interdisciplinares, como realmente es de desear. El mismo examen con el carbono 14, con todas sus limitaciones, y son tantas, no ha hecho sino aumentar las preguntas, que una verdadera ciencia no puede eludir, aceptando el reexaminar cada procedimiento de estudio y cada resultado. Por lo demás, hay que afirmar con claridad que la fe no se apoya sobre la autenticidad de la Síndone y nunca ha sido citada como prueba de la verdad del cristianismo. Por tanto, el creyente se encuentra totalmente libre y sereno en la investigación».
[ G. MORETO, Síndone. La guía, Elle Di Ci, Torino 1998, 76 ]
* * *
«Saluto per l'apertura del sito Internet» (aquí) [ sindone.org ].
«Lettera pastorale 1997» (aquí) [ sindone.org ].
«Omelia inaugurale ostensione 1998» (aquí) [ sindone.org ].
 
 

Card. Poletto


«Saluto ai pellegrini in occassione dell'apertura dell'Ostensione 2000» (aquí) [ sindone.org ].
«Omelia della celebrazione di apertura dell'Ostensione 2000» (aquí) [ sindone.org ].
 
 
OTROS
 

Yves Delage


El 31 de mayo de 1902, el doctor en medicina Yves Delage, agnóstico, declaraba lo siguiente:
«En el estudio del lienzo de Turín se ha introducido una innecesaria cuestión religiosa, puesto que si el personaje histórico no hubiera sido Jesús de Nazaret, sino Aquiles o un faraón, nadie hubiera planteado objeciones a su autenticidad. No hay tan siquiera una probabilidad sobre un millón de que la Síndone no sea la sábana fúnebre de Cristo».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 123 ].
 
 

Leo Vala


En 1967, el conocido fotógrafo británico Leo Vala, que había desarrollado una asombrosa técnica fotográfica en 3D, afirmaba:
«He estado involucrado en la invención de muchos procedimientos visuales complicados, y puedo decirle que nadie pudo haber falsificado esa imagen [de la Síndone]. Ni siquiera podría hacerlo hoy con la tecnología que tenemos. Es un negativo perfecto. Tiene una calidad fotográfica extremadamente precisa».
[ ROBERT K. WILCOX, Shroud: A Medieval Hoax? An Occult Phenomenon?
A Proof of Jesus' Resurrection?
, Macmillan Publishing, New York 1977, 131 ]
________________________________________________________________________
Puede verse un vídeo ilustrativo de su técnica fotográfica en 3D aquí
 
 

Barrie M. Schwortz


Muy popular en el mundo de la sindonología, B. Schwortz, editor y publicista, fue uno de los dos fotógrafos oficiales del Shroud of Turin Research Project (STURP), que examinó la Síndone en 1978 durante 120 horas. Suya es también la magnífica web shroud.com.
«Lo que en realidad importa es si al mirar esta tela piensas o no en la Sábana Santa, y si eso te afecta de alguna manera. ¿Te cambia algo? ¿Te abre el corazón? ¿Te lo cierra? Creo que esta imagen cierra algunas mentes y abre algunos corazones. Eso es lo que ocurre».
[ Documental Decoding the past: Unraveling the Shroud, The History Channel, 2005 ].
 
 

K. E. Stevenson


Según el capitán Kenneth Stevenson de la IBM:
«Es algo que asusta. No son muchos, me parece, los que se dan cuenta de lo que tienen entre sus manos. '¡Muy interesante!', exclaman; y esto define la actitud de nuestros tiempos. Pero el que se dé cuenta de que aquí está el retrato de Jesucristo; que ese cuerpo abandonó el lienzo sin presentar señal de corrupción alguna; que, fuera lo que fuera de ese cuerpo, ha dejado un negativo fotográfico en el tejido; bueno... lo que aquí se juega es sencillamente la promesa de Cristo acerca de la vida eterna».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 140 ].
 
 

Ray Rogers


Para el Dr. Ray Rogers, físico de Los Alamos Scientist Laboratory:
«La Síndone representa la eterna cuestión sobre la vida del hombre después de la muerte. Si Cristo ha resucitado de entre los muertos, quiere decir que los Evangelios son verdad; y que a todos se nos ofrece una vida eterna, una inmortalidad».
[ A. BRITO Y J. M. RODRÍGUEZ, "La Iglesia, la Síndone y la fe": Biblia y Fe 70 (1998) 140 ].
 
 

Manuel Carreira


El ya conocido P. Carreira, doctor en física y licenciado en teología, declara en un artículo:
«La Sábana de Turín es un complemento asombroso de los relatos evangélicos sobre la pasión. Es también una huella de un hecho maravilloso: la transformación de un cuerpo humano en algo que existe fuera del marco de espacio y tiempo».
[ M. CARREIRA, "La Sábana Santa de Turín desde el punto de vista de la física":
Biblia y Fe 70 (1998), 168. Ver texto completo aquí
].
 
 


Card. Carlos Amigo
Arz. de Sevilla (España)





«Tanto el tema de la Sábana Santa, como el de cualquier otro asunto relacionado con la vida de Cristo, ha sido tratado con profusión, pero no siempre con el rigor científico y la dimensión inexcusablemente religiosa que precisa, al tratarse de algo que tanto interés, respeto y devoción suscita entre los cristianos.
El Dr. De Palacios Carvajal también ha ejercido de experto y cuidadoso cirujano al acercarse para intervenir en el estudio de la Sábana Santa. El diagnóstico es preciso y exhaustivo...
El resultado, de tan delicada operación, ha sido más que satisfactorio. Estimo que el secreto de este éxito radica en dos constataciones fundamentales: el rigor científico y la consideración de un objeto que es algo más, mucho más, que un simple paño lleno de historia.
En los estudios sobre la Sábana Santa tienen que darse cita, de manera inseparable, la ciencia y la dimensión religiosa y trascendente. Sin olvidarse de ninguna de las dos. Si falta la consideración religiosa, se limita al campo de conocimiento, se reduce la dimensión del objeto de estudio y se le priva a la ciencia de un camino más de investigación, como puede ser el de la revelación de Dios. Un auténtico científico no puede prescindir, al menos como hipótesis, de cualquier cauce que pueda acercar al conocimiento de la verdad completa.
Antiguos mitos de incompatibilidades entre fe y razón, progreso y religión, evangelio y vida, no acaban de superarse. Parece como si la ciencia fuera poco menos que una especie de amenaza permanente para la fe. El estudio, la sensatez y, sobre todo, la iluminación evangélica, va dejando en evidencia aquella actitud, nada científica, de contraposición entre la razón y l.a fe. La fe, muy lejos de ser un obstáculo a la investigación y al progreso científico, es un estímulo para buscar sinceramente la verdad.
Puede ser que la investigación esté siendo víctima de un desequilibrio científico en el que la técnica supera y hasta se distancia de la reflexión; en el que la hipótesis se considera como verdad; en la que cuentan los resultados, no los valores; en la que vale el experimento, no la ética; en la que al dato reducido se le da valor universal...
Mi gratitud al doctor De Palacios Carvajal, tanto por este libro, como por haberme deleitado con su grata conversación, en la que he podido comprobar el grado de meticulosa seriedad con el que se ha realizado un estudio completo, rigurosamente científico, en el más amplio sentido de la palabra, sobre la Sábana Santa. Un libro, por otra parte, que cautiva desde la primera hasta la última página. Este embeleso se debe, sin duda, a esas caulidades de un cirujano que ha sabido ser maestro para ayudarnos a conocer mejor el capítulo más importante de nuestra fe: la resurrección de nuestro Señor Jesucristo».
[ J. DE PALACIOS CARVAJAL, La Sábana Santa. Estudio de un cirujano,
Espejo de Tinta, Madrid 2007, 13-15 ].
 
 

Alfonso Ussía


El conocido escritor declara en el prólogo del libro del Dr. De Palacios sobre la Síndone:
«La Sábana Santa es la síntesis de la evidencia, y principalmente la del dolor. La reunión de todos los sufrimientos del hombre en el rostro impreso de Jesús en una tela generosa... La Síndone, la ráfaga suprema de la angustia de un hombre, impresa en sangre y soledad, no puede analizarse desde la sabiduría del ser humano por ser consecuencia directa de la agonía de Dios, del Hijo de Dios, del enviado a la Tierra para abrir, a creyentes y no creyentes, el camino de la eternidad, eso que se llama el Misterio, y bien llamado está».
[ J. DE PALACIOS CARVAJAL, La Sábana Santa. Estudio de un cirujano,
Espejo de Tinta, Madrid 2007, 17 ].
 
 

Dr. De Palacios



El prestigioso médico español se expresa así en el prefacio de su libro sobre la Síndone:
«Conforme vamos conociendo más y más [sobre la Síndone] a través de los medios científicos actuales tenemos mayor curiosidad por saber lo que allí sucedió, cómo sucedió, cuándo y por qué. Al final, llegamos a algo que todavía es inexplicable: ¿cómo se imprimió la imagen en el lienzo?, ¿qué hizo Jesús?, ¿qué empleó para que su cuerpo quedara impreso en la Síndone en el momento de la Resurrección? Sólo Él lo sabe. Saber todo de la persona que amas es algo inherente a la curiosidad humana. Y en este caso se exacerba, dado el protagonista.
Históricamente, se observa desde hace siglos que los que acuden a ver la figura impresa en la sábana quieren simplemente ver la imagen de Jesucristo, de Jesús crucificado. Quiero hacer constar que la Síndone está ahí, para creyentes y no creyentes, demostrando su autenticidad, su veracidad y su realidad. No es preciso saber mucho para darse cuenta de que es el mensaje cifrado que Jesús nos dejó para que lo descifremos, para que sirva de ayuda en nuestra vida de fe, a los que creemos, y para hacer pensar a los que no creen».
[ J. DE PALACIOS CARVAJAL, La Sábana Santa. Estudio de un cirujano,
Espejo de Tinta, Madrid 2007, 21-22 ].
 

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