por MARK GUSCIN
[ MARK GUSCIN es licenciado en lenguas clásicas y máster en latín medieval por la Victoria University of Manchester.
Historiador del Equipo de Investigación del Centro Español de
Sindonología (EDICES), es también editor del boletín de la British
Society for the Turin Shroud ].
|
Disposición de las supuestas inscripciones
En el congreso del CIELT [ Centre International d'Etudes sur le Linceul de Turin ] que tuvo lugar en Niza en 1997, André Marion y su alumna Anne Laure Courage, del Institut d'Optique Théorique et Appliquée d'Orsay,
presentaron un artículo sobre las supuestas inscripciones visibles en
la Síndone. Como ellos mismos admitían, no habían descubierto las letras
en la Síndone, sólo habían procesado las imágenes. Y aseguraban haber
resuelto el problema. La primera persona que afirmó haber visto esas
letras fue el italiano Piero Ugolotti en 1979. Él consultó a un profesor
de lenguas antiguas llamado Aldo Marastoni, y juntos publicaron sus
descubrimientos. En 1982, un sacerdote francés, el P. Dubois, se unió a
los descubrimientos.
Marion y Courage
comenzaron explicando que las inscripciones no eran visibles a simple
vista. Las fotografías de la Síndone tenían que ser procesadas
digitalmente para leer las letras, que supuestamente se presentaban en
una curiosa mezcla de latín, griego y hebreo. Éstas se sitúan alrededor
del rostro en dos cajas en forma de U, abiertas por arriba. Según Marion
y Courage, estas cajas de la Síndone son la impresión de soportes de
madera que mantendrían la cabeza en posición. Asimismo, reconocen los
puntos débiles de su interpretación en que no hay noticia de que se
usasen tales objetos en la sepultura de Cristo, y no existen paralelos
arqueológicos para confirmar la costumbre.
Ahora nosotros
procederemos a una investigación personal de cada una de las
inscripciones que se pueden leer en la Síndone. A la izquierda de la
cabeza, en la caja de madera exterior, la inscripción contiene las
siguientes letras griegas: YS KIA [ Figura 1 ]. Entonces a nosotros se nos dice que esto es una abreviación de WY SKIA, que supuestamente significa "sombra de una cara" o "cara apenas visible". Hay varias razones que hacen que esta interpretación sea imposible. Primero, el grupo YS es claramente imposible en griego, y la primera de esas dos letras, Y, fonéticamente es "ps", así que la segunda "s" [ S ] redundaría. Marion y Courage, dándose cuenta de esto, juntan la S con la siguiente palabra, de manera que se forme la palabra SKIA o "sombra", a pesar del espacio existente entre la sigma [ S ] y las otras letras KIA. Esto dejaría la letra Y sola. Marion y Courage explicaron que ésta era, de hecho, una abreviación de la palabra griega WY,
que significa "cara". Lo primero de todo es que en griego una letra
final nunca puede representar una palabra entera. Es verdad que se
usaron muchas abreviaturas al copiar largos manuscritos, pero éstas
están limitadas a palabras comunes, tales como Dios, Espíritu o Jesús en
manuscritos bíblicos. Incluso en este caso, la abreviatura consiste
normalmente en la primera y última letra de la palabra -así, "Dios", QEOS en griego, se reduciría a QS-
con una línea o guión encima de la abreviatura. Una letra aislada,
especialmente de una palabra que no puede ser descrita como común, no
puede ser aceptada como una abreviatura. Para que una abreviatura sea
reconocible por el lector, debe ser una palabra común; así aparece en
los manuscritos del Nuevo Testamento en el que las abreviaturas se
limitan a las palabras conocidas como nomina sacra o nombres
santos, como Dios, Espíritu, Jesús o Padre. Incluso una abreviatura
correcta como la primera y última letra de una palabra como SKIA no sería suficientemente reconocible.
Hay también otro problema con
la interpretación. La palabra tal y como la muestran Marion y Courage
está en nominativo, mientras que para hacer la frase "sombra de una
cara" sería necesario el genitivo. Simplemente, WY SKIA no es griego. Para poner la cosa peor, no se tiene constancia de WY
en griego -es lo que se suele llamar una palabra defectiva. Es una
antigua palabra poética, encontrada en Homero y Hesíodo y muy
difícilmente presente en el griego koiné común del primer siglo. El caso genitivo para la palabra "cara" se habría formado de la palabra OY I S y sería OYEWS,
la cual no se parece en nada a lo que Marion y Courage dicen ver en la
Síndone. Inmediatamente después de su presentación en Niza, yo [ Mark
Guscin ] les pregunté esto públicamente y ellos me respondieron que no
sabían nada de griego; esta interpretación se la había dado un amigo
(aunque, obviamente, no sabía demasiado) y que era sólo una hipótesis.
Desplazándonos ahora hacia el interior, en la caja de dentro, está lo que vendría a ser la palabra REZW [ Figura 2 ], que según Marion y Courage es "una antigua palabra" para decir "yo atestiguo". La expresión "antigua palabra" (en el original francés un mot archaïque)
parece extraña ya que cualquier palabra griega del primer siglo es
antigua, y la palabra en sí misma en griego no es antigua o arcaica. La
usa Homero, Eurípides y Sófocles entre otros, y significa algo así como
"llevar a cabo", especialmente "llevar a cabo sacrificios". En primer
lugar, tal y como aparece el verbo, en voz activa, difícilmente parece
referirse a Jesús (no se le habría hecho decir "yo sacrifico") y los
romanos y/o los judíos que le sacrificaron a él no podrían haberlo dicho
tampoco. La relación del verbo a la idea de sacrificio no puede darse por sentado tampoco, ya que está solo sin complemento directo, siempre presente cuando se usa la idea de sacrificio.
En el lado contrario de la caja de dentro, la lengua cambia al latín, pudiéndose leer INNECE
[ Figura 3 ], donde las dos enes están unidas y parte de una "m" es
supuestamente visible después de la "e" final. Entonces, podríamos
leerlas como IN NECEM IBIS, "irás a la muerte". Se nos
dice que estas palabras se utilizaron para comunicar la sentencia de
muerte a un prisionero. Pero poner una inscripción de este tipo en o
cerca del cuerpo de una persona muerta parecería más bien una broma
pesada que otra cosa. A la derecha de la inscripción, en la caja
exterior, las letras ahora forman la palabra NAZARENOS [ Figura 4 ], es decir, "Nazareno"
en griego. Hay varios problemas con esta palabra, demasiados como para
sostenerla. Las dos enes están dobladas, así que si somos coherentes con
la interpretación que hemos hecho de INNECE, la palabra griega aquí
tendría que ser NNAZARENNOS. Además, si el
griego es correcto, la E del medio tendría que ser H. Y la O es
difícilmente visible del todo, incluso en la versión final. Hay
demasiados errores y demasiadas suposiciones para esta inscripción sea
aceptada. Simplemente, no dice "Nazareno" en griego.
Muy cerca de la incorrecta E de la palabra "Nazareno", Marion y Courage veían dos letras en latín: SB
[ Figura 5 ]. No hay otras letras en esta línea, y como grupo de letras
es muy raro en latín, así que ellos supusieron que significaba "Signum Baldinii",
el sello de Balduino. Entonces refirieron esto a Balduino de Courtenay,
el rey de Jerusalén que en 1247 envió varias reliquias a Luis IX de
Francia, también conocido como San Luis. Como es sabido que una de esas
reliquias habría sido una sábana, una parte de una sábana, debemos
asumir que Marion y Courage piensen que la Síndone de Turín fue una de
esas reliquias enviadas por Luis IX. Sin embargo, se ha demostrado
recientemente que eso es imposible, por una exhaustiva investigación de
dos miembros del Centro Español de Sindonología, Daniel Duque y César
Barta. Ellos comenzaron una investigación de estas reliquias, muchas de
las cuales fueron enviadas por Luis a Toledo (España), donde permanecen
hasta hoy. Una de las conclusiones más interesantes fue que en
Constantinopla tuvo que haber al menos dos sábanas antes de la cuarta
cruzada, una en la capilla de Pharos [ contenía la colección de
reliquias de Cristo de más fama en aquella época ] y la otra (con toda
probababilidad el Mandylion, la sábana que hoy se guarda en Turín) en el
templo de Santa María de Blanquerna. Balduino probablemente dio o
vendió la colección de Pharos a Luis, ya que la lista de reliquias de
esta colección tiene un alto grado de coincidencia con la lista de
reliquias que Luis envió a Toledo. En 1247, la sábana de Santa María de
Blanquerna dejó de estar en Constantinopla.
En 1997, Daniel Duque y César
Barta obtuvieron permiso para abrir las cajas de la catedral de Toledo
donde se guardaban las reliquias. La reliquia en la que ellos estaban
más interesados era la etiquetada como de sindone domini, la
cual contenía un trozo de sábana. Era un trozo triangular, marrón
oscuro, y medía aproximadamente 3 x 3 x 3 cm. El tejido y la textura
eran totalmente incompatibles con la Síndone de Turín, así que la sábana
que tuvieron Balduino y Luis IX no era la Síndone de Turín, la cual no
estaba de ninguna manera en Constantinopla en el año 1247. Las dos
letras que Marion y Courage ven en la sábana no tienen nada que ver con
Balduino o Luis, y de esta manera pierde el poco sentido que habría tenido incluso aunque éstos hubieran tenido la Síndone.
Otra inscripción imposible es la que aparece encima de la AZ de NAZARENOS, que supuestamente dice ADAm [ Figura 6 ] , una extraña mezcla de tres letras mayúsculas y una minúscula "m" que, si fuera coherente, sería M para decir ADAM.
Marion y Courage declararon aquí que "ADAM" es de hecho Jesús, porque
en una de las cartas de San Pablo se habla de Jesús como "el nuevo
Adán". La referencia paulina es cierta, pero una simple palabra "ADAM"
no puede hacer referencia a esto. Se necesitaría la frase "el nuevo
Adán" -una palabra por sí misma no tiene sentido, y el hecho de que haya
una curiosa mezcla de letras mayúsculas y una minúscula hace que la inscripción entera sea imposible.
Además, esta inscripción habría sido escrita bastantes años antes de
las cartas de Pablo, así que la referencia no tiene sentido. Otra razón
para dudar de estas dos últimas inscripciones ( SB y ADAm)
es que no están presentes en ninguna de las dos supuestas cajas de
madera. Esto querría decir, según la teoría del origen de las
inscripciones que plantearon Marion y Courage, que de hecho no habría
dos sino tres cajas. Esto viene a complicar más la credibilidad de lo
anteriormente expuesto.
Esto nos lleva justo a
la zona de debajo de la barbilla de la cara de la Síndone. La primera
inscripción "visible" de la caja del interior no es más que otra doble N
(NN) [ Figura 7 ], las cuales podrían estar tanto en
latín como en griego. Una doble N no significa nada en absoluto por sí
misma. Si fuera parte de una palabra, seguramente se vería algo más.
Esto nos lleva a creer que de hecho no existe.
A mano derecha, en la frente de la impronta del rostro de la Síndone, serían visibles: -IC [ Figura 8 ] . Marion y Courage afirmaron que éstas eran las iniciales de "Jesucristo"
en latín, aunque la forma normal para escribir estas iniciales, incluso
en latín, habría sido con las letras griegas IX, IESUS XRISTUS (o
XRISTOS). X en griego es "j". Estas letras estarían también fuera de las
dos cajas de madera. Hay, aparentemente, más letras en la frente,
descubiertas por Ugolotti y Marastoni en 1979, viendo IBER, que sería
una parte del nombre del emperador, TIBERIUS CAESAR. Pero sería muy
extraño que alguien hubiera escrito tal cosa, imposible desde un punto
de vista religioso y muy raro desde el punto de vista histórico. Para
los romanos Jesús era simplemente un criminal judío más y no sería
necesario grabar allí bajo qué emperador fue ejecutado. A la izquierda
de IBER se verían cuatro letras hebreas, que según Ugolotti eran parte
del nombre "Ieschoua" (Jesús), aunque actualmente sólo una de las
supuestas letras se encontraría en la palabra hebrea . Es muy extraño que sólo sean visibles partes de palabras, y todas ellas con errores gramaticales.
La única inscripción que
tendría algún sentido y estaría casi completa y correcta sería la de la
parte inferior de la serie del exterior. Aquí es donde Marion y Courage
pueden ver las letras griegas HSOU [ Figura 9 ], donde sólo se necesitarían dos letras más para formar el nombre "Jesús": IHSOUS. Incluso
en este caso, uno tiene que preguntarse por qué la primera letra no es
visible; y si la última letra no está presente entonces puede estar en
genitivo ("de Jesús") o en dativo ("a Jesús"); en este caso la palabra
formaría parte de una larga inscripción.
Así, ninguna de las inscripciones que algunos afirman ver tiene el suficiente sentido gramatical o histórico.
Esto es en sí mismo suficiente para dudar de su existencia en la
sábana, cosa que se hizo evidente en la presentación del estudio en el
simposium de Niza. Las fotografías que usaron Marion y Courage mostraban
las areas de la sábana donde ellos podían ver las inscripciones, luego
los muchos tratamientos ópticos a las que las habían sometido, y
finalmente las inscripciones escritas encima de donde las podían
observar. Y éstas sólo eran visibles en las últimas fotografías. No
había absolutamente nada visible en ninguna de las otras fotografías. Si
las inscripciones tuvieran algún tipo de sentido, entonces quizás se
requeriría una actitud más comprensiva, pero tal y como están pienso que
todo el asunto es un ejemplo de las cosas que se dicen hallar en la Síndone para llamar la atención con algo nuevo.
* * *
El artículo precedente es traducción literal al español de:
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario