La Sábana Santa es el admirable documento que detalla, con rigor científico, la extrema crueldad con que los hombres golpeamos a Jesús en la Pasión. La Sábana Santa es también un excelente "libro" de espiritualidad, en donde el alma puede meditar, en todo momento, sobre la inmensidad del Amor de Cristo Jesús y cuánto le costó el habernos amado.

jueves, 1 de agosto de 2019

Lo último de la Sábana Santa: finalmente, la ciencia alcanza a la Fe


Por THE REMNANT -21/05/2019

Es la única y más intrigante reliquia en su género y la ironía más arraigada es que hay legiones de cristianos que no tienen idea de qué es y aún de que exista.

La Síndone de Turin es reverenciada como la tela sagrada del entierro de Jesucristo y pudiera decirse que es el objeto arqueológico más importante jamás hallado.

La imágen en la tela es como un negativo fotográfico expuesto a la luz de un retrato detallado de un hombre crucificado. Los datos históricos– que incluyen la multitud de heridas de los azotes, el flujo del sangrado, la presencia de monedas de Poncio Pilato en sus ojos, las heridas en las muñecas y no en las manos, la presencia de una cola de caballo en la espalda del hombre, muestras de polen que son únicas de la región de Jerusalén—son sorprendentemente exactas.

Algunos creen que la Síndone es el trabajo de un falsificador medieval talentoso, pero ¿cómo pudo hacer el más brillante de los falsificadores medievales para tener tantos detalles correctos y producir en un negativo fotográfico, una imágen que ningún artista de la época hubiera sido capaz de crear siquiera de lejos?

Durante casi un milenio, incontables cristianos han venerado la Síndone como el auténtico sudario de Jesús. La Iglesia Católica nunca ha declarado oficialmente que sea el ropaje fúnebre de Cristo, aunque reclama que este ícono inexplicable es digno de devoción cristiana.

Por muchos siglos, la Sábana has sido guardada en la Catedral de San Juan Bautista en Turín, Italia. A través de los años, después de miles de horas de análisis científicos, el testimonio silencioso de la Síndone de los sufrimientos de Nuestro Señor en la cruz es finalmente desentrañado a la comunidad científica.

En 1988, la Iglesia permitió a científicos examinar un pedacito de la sábana para hacer estudios de datación en carbono. Los resultados dieron fechas de 1260 a 1390 d. C.

Sin embargo, otros expertos creen que esos hallazgos fueron sesgados porque sólo una pequeña esquina de la sábana fue analizada y esa pequeña muestra bien pudo ser parte de alguna reparación en la Edad Media o que fue contaminada en el tiempo por el manoseo humano, bacterias o monóxido de carbono.

Más recientemente un equipo de investigadores en mediciones térmicas y mecánicas de la Universidad italiana de Padua realizaron tres pruebas en la misma muestra de 1988 usando luz infrarroja y espectrografía de Raman en relación al voltaje. Los resultados dataron la Síndone entre 300 a.C. y 400 d.C., ciertamente durante la vida terrena de Jesús.

Por otro lado, la Agencia Italiana para Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sustentable realizó experimentos en los últimos cinco años y reportó que la potencia necesaria, en radiaciones VUV, requeridas para hacer una fotografía instántanea a color de la superficie del lino que corresponde a un ser humano de tamaño y peso promedio, es igual a 34 billones de vatios. Además, la imagen contiene propiedades tridimensionales sombreadas en varias intensidades.

Aún con las maravillas de la tecnología del siglo XXI, las imágenes de la tela no pueden ser duplicadas. ¿Cómo y por qué algo que tiene más de 2000 años de antigüedad es tan irreproducible?

A pesar de la insistencia de escépticos y críticos, su autenticidad se mantiene cientificamente plausible.

Como con cualquier otro objeto religioso, la Síndone es claramente centro de muchas dudas. La imagen claramente representa a Jesucristo envuelto en lino después de haber sido flagelado, crucificado, atravesado en el costado y habérsele puesto una corona de espinas en la cabeza.

Vivimos en un mundo saturado de información en el que nos comunicamos más con imágenes que con palabras. Así que, ¿por qué Dios no conservaría el sudario de su hijo para nuestros días?

Hay una aplicación Shroud 2.0 app gratuita para iPad y iPhone que provee una vista detallada de la tela que de otra forma no sería posible, a la vez que se pueden leer pasajes del Evangelio relacionados con ella.

Esta imagen es la prueba física de lo que pasó durante la Crucifixión y la Resurrección. Es para que la humanidad la conozca, aprecie y adore.

En una paradoja pascual, la ciencia finalmente alcanza la fe.

Este nuevo conjunto de pruebas favoreciendo a los fieles pudiera no ser suficiente para convencer a los cínicos endurecidos, lo que subraya el viejo adagio: para aquellos que creen, no hay necesidad de explicación y para aquellos que no creen, ninguna explicación es posible.

G. Maresca

Traducido por Enrique Nungaray 

Fuente: https://remnantnewspaper.com/web/index.php/articles/item/4421-latest-on-shroud-of-turin-science-finally-catches-up-with-faith

viernes, 20 de julio de 2018

Ataque a la Sábana Santa, prueba de la Resurrección de Cristo, financiado por ateos


julio 19, 2018



Experta de la Sábana Santa de Turín critica el nuevo estudio que arroja dudas sobre su autenticidad.
Emanuela Marinelli dijo que no había 'nada científico' en los experimentos

Una experta en la tela que se cree que es el sudario de Jesús, descartó un nuevo estudio que afirma que los patrones de sangre en el sudario no son consistentes con los que dejó una persona crucificada.

En una entrevista con Vatican News el 17 de julio, Emanuela Marinelli, una experta en la Sábana Santa de Turín, dijo que "no había nada científico" sobre los experimentos llevados a cabo por Matteo Borrini, un científico forense italiano, y Luigi Garlaschelli, un químico italiano.

"¿Es un criterio científico tomar un maniquí, como los que se usan para exhibir ropa en el escaparate de una tienda, y una esponja empapada en sangre falsa adherida a una pieza de madera que se presiona en el lado derecho de un maniquí para ver dónde las corrientes de sangre caen? ", preguntó Marinelli.

"Si esto se considera ciencia, supongo que tendré que tomar mi título en ciencias naturales y tirarlo", dijo.

Citando una entrevista de 2009 con Reuters en la que Garlaschelli admitió que otro experimento destinado a refutar la autenticidad de la mortaja fue financiado por una asociación italiana de ateos y agnósticos, Marinelli dijo a Vatican News que los estudios que cuestionan la veracidad de la Sábana Santa de Turín a menudo se financian por grupos ideológicos con agendas claras.

"Es innegable que hay grupos que se esconden detrás de algunos de estos (estudios) que quieren que la gente crea que el sudario es un objeto histórico falso", dijo Marinelli. "Hay un cierto sentido de molestia hacia un verdadero sudario por aquellos que no solo quieren negar a Cristo, sino también su resurrección".


El estudio, que se realizó en 2014 y se publicó en Journal of Forensic Sciences el 10 de julio, afirmó que los patrones de sangre en las manos son "solo consistentes con un sujeto de pie con los brazos en un ángulo de 45 grados" mientras que las manchas de sangre que emanan del el lado derecho del pecho que se cree que proviene de la lanza que perforó a Cristo, "es totalmente irreal".

El sudario de 14 pies por 4 pies tiene una imagen fotonegativa de cuerpo entero de un hombre, adelante y atrás, con signos de heridas que corresponden a los relatos de los Evangelios de la tortura que Jesús soportó en su pasión y muerte.

Garlaschelli publicó un video del experimento científico en YouTube en 2015 usando una persona viva para estudiar los patrones de sangre en varias posiciones, así como presionar una esponja contra un maniquí de plástico para examinar la forma en que fluía la sangre falsa.

Marinelli, sin embargo, dijo que los experimentos conducidos por Borrini y Garlaschelli carecían de la precisión de estudios anteriores que involucraban cadáveres de hombres que murieron de hemopericardio, la acumulación de sangre en el corazón, que se cree que fue lo que finalmente causó la muerte de Jesús en la cruz.

Esos estudios precisos, le dijo a Vatican News, "arrojaron resultados diferentes de los de Borrini y Garlaschelli".

La Iglesia nunca se ha declarado oficialmente sobre la autenticidad de la mortaja, diciendo que los juicios sobre su edad y origen pertenecían a la investigación científica. 

Una prueba de carbono de 1988 fechaba la tela en el siglo XII, lo que llevó a muchos a concluir que la mortaja era una falsificación medieval. Sin embargo, los científicos han desafiado esa afirmación al señalar que la metodología de la prueba fue errónea y que la muestra utilizada en el proceso de datación de carbono fue de una pieza (añadida) utilizada para reparar la tela en la Edad Media.



http://catholicherald.co.uk/news/2018/07/19/shroud-of-turin-expert-criticises-new-study-casting-doubt-on-authenticity/

domingo, 15 de abril de 2018

El Santo Sudario es la prueba científica de la Resurrección de Jesucristo






LA SÁBANA SANTA: LA EVIDENCIA CIENTÍFICA DE LA EXISTENCIA DE DIOS



Entonces se dejó ver un senador llamado José, varón virtuoso y justo, oriundo de Arimatea, ciudad de Judea,
el cual no había consentido en el designio de los otros ni en lo que habían ejecutado; antes bien era de aquellos que esperaban también el reino de Dios.
Este, pues, se presentó a Pilato, y le pidió el cuerpo de Jesús.
Y habiéndole descolgado de la cruz, le envolvió en una sábana, y le colocó en un sepulcro abierto en peña viva, en donde ninguno hasta entonces había sido sepultado.
Era aquel el día que llamaban parasceve, o preparación, e iba ya a entrar el sábado.

Evangelio de San Lucas 23, 50-54




NO ES MATERIA DE FE


La Síndone (palabra italiana procedente del griego s u n d o n = sábana, lienzo) no es materia de fe. La Iglesia Católica no obliga a nadie a creer en la Sábana Santa. La Iglesia sólo manda creer en los dogmas de fe por ser verdades reveladas por Dios. La Sábana Santa no entra en el contenido de la Revelación, lo que no implica que no sea verdad. De la misma forma que las matemáticas no entran en la Revelación, y también son verdad.


En este artículo sólo vamos a exponer los hechos objetivos que la ciencia ha revelado sobre esta increíble reliquia, y que cada quien extraiga sus propias conclusiones.



La Sábana Santa es la reliquia más estudiada de toda la historia. Una legión de científicos de muy variadas disciplinas la han investigado. He aquí los datos que han aportado sus investigaciones:




UNA PIEZA ÚNICA



La Síndone es una pieza única en el mundo. No se conoce en toda la historia ningún otro objeto de características similares. No hay rastro alguno en toda la Tierra de un hecho similar en ninguna otra civilización, sea occidental, oriental, africana o aborigen.





LA IMAGEN



La imagen no atraviesa el lienzo de lado a lado. Sobre una sola cara de la Sábana esta impresa la imagen frontal y dorsal de un hombre flagelado, en "rigor mortis" y muerto por crucifixión.

La imagen no está pintada, ni impresa, ni existen restos de pigmentos, ni colorantes, ni cerdas de pincel, ni trazos de pintura, ni material orgánico añadido alguno. Las manchas de sangre están compuestas de hemoglobina.

Las investigaciones concluyeron que la imagen era superficial, que su coloración no penetraba dentro de los hilos; que la imagen no tocaba más que las fibras superiores de la trama del lienzo sobre una profundidad del orden de 40 micrones. Este hecho excluye toda impregnación de líquidos y por consiguiente toda técnica de impregnación de imágenes. La coloración tiene su origen en la deshidratación de la celulosa de origen desconocido que hace pensar en una especie de radiación provocada por una fuente de calor

El Hombre de la Síndone es una imagen tenue y muy detallada de un varón adulto de un metro ochenta y cuatro a ochenta y siete centímetros de estatura, de constitución fuerte, musculoso, entre 30 y 35 años de edad, con un peso de unos 80 kilos, con rostro semítico de larga cabellera y con barba, de manos y pies largos y delgados con las huellas dejadas por un casquete completo de espinas y no una corona como se pensaba; además de una serie de detalles que han permitido corroborar el relato bíblico de la crucifixión.

La imagen coincide con la descripción del cuerpo inerte de Jesús de Nazaret después de haber sufrido la crucifixión. Los evangelios hablan de una tela o lienzo en el que fue apresuradamente envuelto Jesús tras su muerte -el Viernes Santo- para no romper con el descanso sabático judío. Los judíos fajaban a los cadáveres con vendas, como a Lázaro. Pero con Cristo no tuvieron tiempo, pues murió a las tres de la tarde y había que terminar la sepultura antes de que se pusiera el Sol, pues entonces empezaba el día festivo con prohibición total de cualquier trabajo.
Como Nicodemo y José de Arimatea tuvieron que ir a pedir permiso a Pilatos para llevarse el cadáver, buscar los instrumentos y descolgar al Señor de la cruz, la tarde se les acababa y tuvieron que enterrarle rápidamente cubriéndolo con la Sábana. Por eso después del sábado, iban las mujeres a terminar la sepultura.
La Síndone muestra el tormento de un varón joven, con rasgos propios del grupo racial judío. La sangre corresponde al grupo AB, el más frecuente entre los hebreos.

Se trata de un hombre que sufrió hematidrosis (sudor de sangre), grandes magulladuras en las rodillas, y fuertes excoriaciones en la espalda. En la imagen se aprecian un mínimo de 120 golpes con un látigo de tres cuerdas terminadas en bolas de acero. El rostro presenta tumoraciones, con grandes golpes y arrancamiento de parte de la barba. Fue coronado por un casquete de espinas, de las cuales se aprecian 33 orificios. Se han podido contar en total más de 600 heridas y contusiones en todo el cuerpo. Todas ellas fueron producidas en vida, a excepción de una gran herida en el costado derecho, que tiene una forma elíptica del mismo diámetro que una lanza romana; la lanzada llegó a la aurícula derecha del corazón.

Fue crucificado con clavos que atravesaron las muñecas (no las palmas); los pies fueron atravesados juntos por un solo clavo. Los forenses que analizaron el lienzo dedujeron que el Ajusticiado habría padecido fuertes dolores pericordiales, opresión, y fiebre muy alta, muriendo por fin de asfixia al no tener ya fuerzas para elevarse a respirar.

Se ha intentado reproducir la imagen, pero las pruebas efectuadas con cadáveres humanos, moldes incandescentes y diversas sustancias químicas no han dado resultado. Los especialistas concluyen que la efigie esta provocada por una especie de radiación de origen desconocido.

La imagen está en negativo, pero la sangre que empapó la tela está en positivo.

La imagen de la figura humana debe de ser leída como si fuera reflejada en un espejo: lo que se ve a la derecha se encuentra en realidad a su izquierda y viceversa.

La imagen de la Sábana es un negativo fotográfico impreso en la tela, pero tiene dos características muy particulares en relación a cualquier otro negativo: es tridimensional y no existe unidireccionalidad.

La Sábana Santa es la única "fotografía" tridimensional conocida. Es decir, la intensidad del colorido de las imágenes es inversamente proporcional a la distancia que separa en cada punto la tela del cadáver fotografiado.

El resultado demostró que la imagen latente era completamente tridimensional, y que no existían trazas ni direccionabilidad en el dibujo.

Es importante destacar la inexistencia de direccionalidad. Para comprender esto hay que explicar como funciona una cámara fotográfica. El principio es el de la cámara oscura: tenemos un habitáculo completamente cerrado en una de cuyas paredes abrimos un pequeño orificio por el que penetra la luz. Un objeto situado fuera de la cámara quedaría reflejado, invertido, en la pared opuesta al orificio. Este es el principio de las cámaras fotográficas. En estas imágenes existe la direccionalidad, es decir, toda la imagen está formada a partir de los rayos luz que proceden de un sólo punto: los rayos luminosos que entran por el orificio de la pared.

No sucede así con la Síndone. No existe ningún punto focal al que converja la imagen. La luz que impregnó la Sábana procede de toda la superficie del cuerpo. Cuanto más cercano estaba el lienzo al cuerpo, tanto más intensamente lo quemó la radiación que surgió repentinamente de él, dándole su característica tridimensionalidad.





UNA IMAGEN TRIDIMENSIONAL



Descripción: http://iesvs.tripod.com/3D.jpgLa Síndone fue estudiada por una legión de científicos, y la investigación continúa. El VP-8 es un aparato destinado a investigar la orografía de los planetas sobre los distintos juegos de fotografías conseguidos por las sondas espaciales Viking que navegaban alrededor del planeta Marte. El resultado del análisis del VP-8 reveló que la imagen reflejada en la Síndone era el equivalente a la superficie tridimensional de un cuerpo humano. Y algo no menos sorprendente: la imagen quedó plasmada uniformemente en la Síndone por una especie de radiación desconocida, que chamuscó de forma uniforme la totalidad del lienzo, con lo que se demuestra que no fue el contacto directo con el cuerpo lo que produjo la imagen, sino una radiación que emanó de él.

La radiación que creó la imagen del cuerpo fue de arriba abajo, paralela a la gravedad, y no de costado (no pudo, por tanto, ser realizada como copia de una persona de pie)

Se trata de una imagen que sólo aparece sobre una tela cuando la superficie del cuerpo se encuentra a 3.5cm o menos de la superficie. La oscuridad de la tela es inversamente proporcional a este espacio. En otras palabras, no es posible que la imagen se hubiera impreso mediante la técnica de "cámara oscura" como proponen algunos detractores. Esto permite realizar una reproducción tridimensional de la imagen cuando es vista con el visor VP-8.

Los píxeles (puntos o unidades mínimas de imagen) de oscuridad uniforme hacen una imagen bastante precisa; proporcionando más píxeles por área en las zonas más oscuras.

Los píxeles intensamente concentrados que constituyen el cuerpo principal de la imagen no pueden ser duplicados por ningún procedimiento conocido hasta hoy.

La imagen no fluorece como lo hacen otras producidas por quemaduras en la misma tela.

No hay imágenes debajo de la sangre. Esto resulta un hecho sorprendente, ¡es como si la sangre hubiese protegido el lienzo!

Las manchas de sangre corresponden exactamente a lo que la moderna medicina esperaría de una víctima de crucifixión.

Las marcas de los latigazos (aproximadamente 120) son reactivos a los rayos ultravioleta como lo serían los residuos de sangre.

Existe un alto contenido de bilirrubina en los rastros de sangre, como se esperaría en la sangre de una persona con las tensiones de una tortura.





LA TELA



El análisis del Lienzo confirma que se corresponde con los tejidos existentes hace 2.000 años. Cabe destacar que esta forma de tejer el lino se dejó de utilizar después del siglo I, pues los telares manuales desaparecieron y ya no se volvieron a utilizar. No se conservan en ningún museo del mundo especializado en telas, linos urdidos de esta forma posteriores al siglo I.

El Lienzo tejido a mano con forma de espina de pescado, medía 436 cm. de largo por 110 de ancho. El entramado responde al estilo antiguo de Damasco, se trata de una "sarga" con diagonal de cuarenta y cinco grados, en "espiga de pez", dispuesta dos arriba y dos abajo. El hilo transversal pasa así debajo de tres verticales para aflorar en el cuarto, lo que requiere un telar de cuatro pedales. Sólo se encontraron algunas hebras de algodón pero ni el más mínimo resto de pelo de animal alguno. La ausencia de pelo de animal se explica por la prohibición de la ley mosaica de que en un telar se mezclen fibras vegetales y animales. En Europa hubo que esperar hasta el siglo XIII para que se confeccionaran telas de lino parecidas a la Síndone. El hecho de encontrar algunas hebras de algodón ha servido a algunos investigadores para precisar su procedencia pues en Europa no se cultivaba algodón, aunque sí que se hacía en Palestina.

En el Código de la Ley judía, se relata la costumbre de sepultura en la sección "Leyes del duelo", siendo una de sus indicaciones que una persona ejecutada por el Gobierno debe ser enterrada en una sola sábana.





ANÁLISIS FORENSE



Reproducimos literalmente el informe del Dr. Yves Delage (1854-1920), profesor de anatomía comparada de la Sorbona, anatomista patólogo de la Academia de Ciencias de Francia.

"La sangrante cabeza fruto de una corona de espinas con más de 50 orificios en donde los más relevantes se corresponden de manera exacta con venas y arterias del cuero cabelludo. El Crucificado muere por asfixia. No puede expirar, expeler el aire de sus pulmones e inspirar un poco de aire puro. Para lograrlo, debe apoyarse sobre el clavo que sujeta sus pies al madero e intentar elevarse con la fuerza de los músculos agarrotados y acalambrados de las piernas, a la vez que echa compulsivamente la cabeza hacia atrás, con objeto de expulsar una bocanada del aire viciado de sus pulmones. Y en este alzarse y dejarse caer echando la cabeza hacia atrás, se clavan cada vez más las espinas en la zona de la nuca, los calambres musculares aumentan, se produce una tetanización en la que, agotadas las fuerzas y entre atroces dolores, el crucificado muere. Las rodillas estaban desolladas y el rostro tumefacto por caminar atados manos y brazos al pesado madero de la cruz y al caer apoyaba las rodillas y el rostro. La barba se muestra parcialmente arrancada. Abundan las lesiones de la espalda, el pecho, los brazos, el vientre, las caderas y las piernas hasta los tobillos, extrañas heridas producidas por un feroz castigo con un látigo no conocido. Lesiones de las que brotó suero y sangre. En la parte superior de la espalda del Hombre de la Sábana, se observa al microscopio sobre las marcas de los latigazos una serie de arañazos, desolladuras y escoriaciones que por su disposición podrían deberse al roce de un madero sin desbastar, aquel hombre tuvo que cargar con el peso de la cruz o patibulum romano. Destaca la herida por lanza del lado derecho, de ella fluyó en forma abundante suero y sangre. Los soldados romanos eran expertos en usar la lanza con la mano izquierda y dirigir el golpe a la zona derecha del adversario. La incisión por lanza se produjo después de muerto, atravesó entre el quinto y el sexto espacio intercostal desgarrando hasta el corazón, con su aurícula derecha post-mortem llena de sangre, cuyo chorro provenía de la vena cava superior que demostraba que el hombre, ya muerto, estaba en posición vertical. Y después en posición horizontal por el reguero de sangre que recorría la parte posterior del cuerpo. Por los brutales golpes recibidos llegó sangre a la cavidad pleural, cuyo líquido seroso flota sobre la sangre lo que quedó demostrado al salir después del lanzazo una mezcla de coágulos de sangre y suero. Es de mayor lógica anatómica pasar los clavos entre los huesos metacarpianos de las muñecas y no por las palmas de las manos, que era la creencia oficial. Eso evitó el desgarro y la caída del cuerpo crucificado. El cuerpo de Jesús "atravesó" la Sábana como un ser espiritualizado al salir por sus propias fuerzas de la tela."





La Sábana Santa es la evidencia de un crimen horrendo. Cualquier forense que analizase el Lienzo concluiría que no existe la menor duda de que sólo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesucristo podría haber dejado tales huellas. Equipos forenses más recientes han destacado también otros rasgos en la Imagen:

El cartílago de la nariz aparece roto y desviado a la derecha. Podría deberse a una caída, pues se han encontrado en ella restos microscópicos de tierra de las mismas características físicas que la de Jerusalem, así como en la rodilla izquierda y las plantas de los pies.

En el lado derecho del rostro aparece una gran contusión. Los especialistas afirman que sería producto por el golpe de una barra corta y redonda de entre 4 y 5 centímetros de diámetro

En el resto de la cara aparecen diversas escoriaciones especialmente en la mejilla derecha y la frente.

En las regiones que rodean los ojos y cejas, hay llagas y contusiones iguales a las que producirían puñetazos o palos. La ceja derecha está claramente inflamada.

La frente muestra más de 50 pequeñas y profundas heridas que evidencian la aplicación de una corona de espinas. Las manchas más grandes coinciden exactamente con venas y arterias reales, cuando en la Edad Media se desconocía la circulación de la sangre.

A lo largo de todo el cuerpo, con especial claridad en la espalda pueden verse marcas idénticas a las que dejaría el instrumento que utilizaban los romanos para flagelar a un reo: el Flagrum taxillatum (objeto que no se usaba en la edad media y que se conoce en nuestros días por haber sido encontrado en excavaciones arqueológicas). El profesor Bollone ha podido contar más de 600 contusiones y heridas en todo el cuerpo y se cuentan las marcas de los azotes en unos 120. (Al estilo romano, pues los judíos no daban más de 40).

Las escoriaciones oblicuas de la espalda se corresponden al hecho de portar un madero análogo a una traviesa de ferrocarril, y a que el Hombre cayó bajo el peso de este "patibulum".

La herida del costado tiene una forma elíptica del mismo diámetro que una lanza romana: 4.4 cm x 1.4 cm. (según expertos en historia de Roma, el hecho de estar en el costado derecho se explicaría por la práctica romana de dar este golpe a un enemigo que protege su corazón con el escudo que lleva en la izquierda).

El Dr. Judica Cordiglia, en base al tipo de rastro dejado por el flujo de sangre, ha demostrado que todas las heridas fueron producidas en vida del sujeto excepto la del costado, que se infirió post mortem.

Desde el punto de vista anatómico y teniendo en cuenta que los principales antropólogos coinciden en que la imagen corresponde a la de un semita, "el Hombre de la Sábana Santa", es la única imagen que se ajusta 100% a lo que la Medicina legal considera que fue la muerte de Cristo.

Es de destacar el terrible castigo que suponía la crucifixión. La agonía se prolongó alrededor de una hora y media. Respirar se convertía en un trabajo extenuante: la elevación de los brazos en la cruz bloquean el esternón y reducen el movimiento de las costillas con una permanente postura de inspiración del aire, lo que provoca la asfixia mecánica.

Descripción: http://iesvs.tripod.com/DESTOT.jpgTambién existe otro detalle revelador desde el punto de vista médico. Tradicionalmente se creía que Jesucristo fue crucificado por las palmas de las manos, pero la investigación con cadáveres reveló que las palmas de las manos no pueden soportar el peso de un cuerpo muerto, y mucho menos el de un cuerpo vivo que se contorsiona, ya que la carne se desgarra rápidamente. Por lo tanto, la única forma de crucificar un cuerpo era atravesando los clavos a la altura de la muñeca, como sucede con la imagen de la Sábana Santa cuyas huellas se corresponden con el "espacio libre de Destot", un pequeño espacio entre los huesos de la muñeca por donde puede penetrar un clavo del tamaño del usado por los romanos y quedar perfectamente anclado. Los ligamentos de esos huesos proporcionan un soporte suficiente para resistir tracciones de más de 70 kilogramos. Además, un clavo así dañaría el nervio mediano, provocando la retracción involuntaria de los pulgares hacia la palma de la mano, tal como el Lienzo lo demuestra. Todo esto acompañado de un terrible dolor. La medicina demuestra que los dolores más agudos se producen cuando queda afectado alguno de los ramales nerviosos principales del cuerpo, como sucede en este caso.

Los hilillos de sangre de los brazos avanzan hacia abajo, lo cual, junto con la gran mancha de sangre de la frente, indica que la sangre manó y se coaguló mientras el cuerpo se hallaba en posición vertical, con los brazos extendidos y ligeramente por encima de la cabeza. La sangre fluía según el contorno natural del cuerpo.

El Hombre de la Síndone es una persona de complexión atlética que ha sufrido latigazos por todo el cuerpo y una lanzada entre el quinto y sexto espacio intercostal de donde ha manado gran cantidad de sangre y líquido seroso. La lanza le rompió el pericardio. No hay rotura de piernas del reo, práctica común en las crucifixiones del siglo I.

El casquete de espinas que llevaba el Ajusticiado, y que le cubría la cabeza al completo, le rompió la arteria cervical a través de la nuca y de ella manó la sangre arterial que llega en regueros hasta la espalda.

El hombre que aparece en la Síndone tiene restos de sangre en las muñecas, espalda, pecho (con una herida abierta), abdomen, cabeza, nuca y pies. Este material, más oscuro que la imagen del cuerpo, ha sido analizado por diversos científicos que lo definieron como sangre humana venosa y arterial del grupo AB, la más común entre los judíos.

Para concluir sólo resta decir que la imagen en la Síndone es clínicamente exacta.





LAS MONEDAS EN LOS OJOS



Descripción: http://iesvs.tripod.com/LEPTON.jpg
A fines del siglo XX se descubrieron unas marcas en el ojo derecho que se corresponderían con una moneda tipo Lepton Simpulum, puesta en circulación entre los años 29 y 32 de nuestra era.
Descripción: http://iesvs.tripod.com/LEPTON2.jpg

Los científicos de la NASA que analizaron la Síndone en el año 1978 descubrieron que, sobre los párpados del Hombre grabado en la Síndone, hay unos pequeños objetos que no pudieron identificar. Sin embargo, en el año 1981, el Prof. Francis Filas, de la Universidad de Loyola, Chicago, hizo una ampliación fotográfica del ojo derecho del Hombre de la Síndone. En dicha ampliación aparecen claramente cuatro letras: U CAI, y un bastón a la derecha. Investigando en las colecciones de monedas antiguas, el Prof. Filas descubrió que dichas letras corresponden a un leptón del siglo I, moneda que mandó acuñar en Judea Poncio Pilato, el gobernador romano que mandó crucificar a Jesucristo. Las cuatro letras, formaban parte de la siguiente leyenda romana: TIBERIOU CAISARIOS (de Tiberio César). Esta costumbre de colocar moneditas en los párpados de los cadáveres era practicada por los judíos en el siglo I.

Estas monedas fueron acuñadas en el tiempo de Pilato de una forma grosera, con faltas de ortografía, como la "C" en lugar de un "K" por "Kaisarios" ("César"). Dos ejemplares de este tipo de monedas contemporáneas de los últimos años de la vida de Jesús han sido descubiertas con esta falta de ortografía, tan incomprensible como inaceptable para los científicos en un principio.

Los profesores italianos Bollone y Ballosino, extrañados ante la ausencia de otra moneda en el ojo izquierdo, siguieron la investigación hasta llegar a descubrir en 1996 la huella de otro leptón, esta vez con la fecha de acuñación visible: es una moneda emitida por Poncio Pilatos en el año decimosexto del reinado de Tiberio, es decir, el 29 d.C. Como Cristo fue crucificado en abril del año 30, resulta una prueba impresionante. "Es un dato definitivo", aseguró el profesor Bollone, "una fecha intrínseca, estampada sobre el mismo lienzo".




LA RESURRECCIÓN



Con esta nueva salió Pedro y el dicho discípulo, y encamináronse al sepulcro.
Corrían ambos a la par, mas este otro discípulo corrió más a prisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro;
y habiéndose inclinado, vió los lienzos en el suelo, pero no entró.
Llegó tras él Simón Pedro, y entró en el sepulcro, y vió los lienzos en el suelo,
y el sudario o pañuelo que habían puesto sobre la cabeza de Jesús, no junto a los demás lienzos, sino separado y doblado en otro lugar.
Entonces el otro discípulo, que había llegado primero al sepulcro, entró también, y vió, y creyó.

Evangelio de San Juan 20, 3-8






La imagen de la Sábana no está pintada, pues no hay pintura entre hilo e hilo. Además, los hilos están coloreados porque están quemados. La imagen está grabada a fuego por una radiación instantánea. Una radiación muy intensa y muy breve, que sólo quemó la parte más externa de las fibras de la Síndone. Esto se deduce del hecho de que los hilos no están carbonizados, sino superficialmente chamuscados, y por la penetración de la quemadura es posible medir la fracción de segundo que duró la radiación.

La opinión general es que esta radiación se produjo en el momento de la resurrección. Jesús resucitó, como afirman las Escrituras. Ningún cadáver había dejado antes su imagen grabada a fuego en el lienzo que lo cubría, y tampoco volvió a suceder después un hecho similar. Se trata de un fenómeno único en la historia.

Los sudarios de los cadáveres contienen manchas de sangre, de sudor, de todo tipo de restos producidos por la descomposición de la carne muerta. Pero ninguno ha dejado nunca su imagen grabada a fuego en el lienzo que lo cubre. Cristo, grabó su imagen en la Sábana Santa cuando resucitó: no hay otra explicación.
Existe también otro hecho sorprendente. Los músculos de la espalda sobre los que reposaba el Cuerpo no aparecen aplanados, como debería suceder al soportar el peso del Cuerpo sobre el suelo, en especial los glúteos. Según los sindonólogos este hecho se debe a que el cadáver levitó durante la resurrección.

Sí, justamente antes de producirse el intenso fogonazo de radiación que impregnó el lienzo con la imagen del cadáver, éste se elevó por encima del suelo y el Alma volvió a encarnarse en el cuerpo suspendido en el aire, provocando una gran irradiación de energía y calor. Todo indica que en el instante de producirse la radiación, el cuerpo estuviese ingrávido, en levitación, y por eso no quedaron aplanados los músculos dorsales

Otro fenómeno sorprendente es que el Cuerpo no se corrompió, pues en el lienzo no aparece ninguna mancha propia de la descomposición del cadáver.

Por otra parte, las manchas de sangre indican que el Cuerpo no fue separado del lienzo, pues si esto se hubiera hecho con la sangre fluida, los bordes de las manchas no aparecerían tan nítidas, y si se hubiera hecho con la sangre seca, las manchas de sangre estarían deterioradas, y no es así. De este hecho parece deducirse que las huellas de sangre que hay en Sábana Santa sólo ha podido dejarlas un cuerpo desmaterializado o espiritualizado. Es decir, que el cuerpo antes de "desaparecer" levitó, se desmaterializó y generó la misteriosa energía de luz y calor que causó la imagen negativa tridimensional.





LOS PÓLENES



Se colocaron partes de flores y otras plantas en la Sábana, dejando granos de polen y marcas en la tela. El análisis de los granos indicó que provenían de especies que se podían encontrar sólo en los meses de marzo y abril en la región de Jerusalem.

El polen de una planta, una especie de cardo llamada Gundelia Tourneffortii, era especialmente abundante en la tela, y una imagen de la planta se identificó cerca de la imagen del hombro del Hombre. Es posible que ésta fuese la especie con la que se hizo la corona de espinas de Jesús.

Se descubrieron también varias muestras endémicas de pólenes propios de la Judea del siglo I. Así como varios de Turquía, Francia e Italia. Lugares en los que existen testimonios históricos sobre la presencia de la Sábana.

Las últimas investigaciones polinológicas demuestran que el polen más abundante en el lienzo es el mismo que se conserva en los estratos sedimentarios de hace 2000 años en el lago Genezaret, en Palestina.

El análisis bajo el microscopio óptico y el microscopio electrónico del polvo separado en doce puntos del Lienzo reveló la presencia de polen de 49 especies. Diecisiete de estas especies tienen una amplia área de difusión, sea mediterránea o europea, que no permite conclusiones sobre el lugar preciso de contaminación, en Francia o en Italia, en que la Síndone fue expuesta al aire libre en varios lugares, en los últimos cinco siglos.

Se han identificado, además, dos grupos de especies que no existen en absoluto en Europa: 29 plantas del cercano Oriente, trece de las cuales crecen en lugares desérticos arenosos o salados en Palestina, y un grupo de plantas de las estepas de Anatolia.

De acuerdo con la palinología, la Síndone ha estado expuesta al aire libre en el pasado en Palestina (Jerusalem) en Constantinopla -hoy Istambul- y en Anatolia, además de las estancias conocidas en Francia e Italia.





EL SUDARIO DE OVIEDO

Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió Su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.

(San Juan 20 6-7)
Desde el siglo VIII d.C se custodia en la catedral de Oviedo un extraño Lienzo rectangular de unos 84 X 53 cm de longitud cubierto por unas extrañas manchas marrones.
La existencia del Sudario está documentada desde el siglo VI. Verificado por un peregrino en el año 570, el sudario de Oviedo fue conservado en Jerusalem hasta el año 614. Fue transferido a Alejandría con la llegada de los musulmanes. Y prosiguió su marcha por el norte de África hasta llegar finalmente a Sevilla. Pero tampoco aquí pudo librarse de la persecución musulmana.
Está documentado que permaneció en Toledo durante 75 años. Cuando se produce la invasión musulmana del reino visigodo de España en el año 711, el Sudario es trasladado hacia el norte por los cristianos que huyen de los ejércitos invasores. Es el año 718 d. C. y España y el actual Portugal quedan invadidos por los musulmanes. Sólo queda un pequeño reducto cristiano en el Cantábrico con capital en Oviedo. Allí permanecerá el Sudario desde entonces hasta la actualidad.
Sus custodios aseguran que ese Lienzo cubrió el rostro de Jesús muerto.

La superposición de esta tela con la Sábana Santa de Turín demuestra que las manchas de sangre del Lienzo de Oviedo se corresponden exactamente al milímetro con las del Santo Sudario de Turín. Eso significaba que ambos paños habían estado en contacto con el mismo rostro.
¿Cómo era posible que hubiera dos sudarios?
En realidad no hay dos sudarios. La costumbre obligaba a cubrir el rostro de un crucificado al ser bajado de la cruz (hoy en día lo primero que hacemos cuando encontramos a un muerto en un accidente también es cubrirle el rostro) y para ello se utilizaban paños que envolvían el rostro del martirizado. El Lienzo de Oviedo envolvió el rostro de un hombre crucificado marcando claramente todas las heridas, incluidas las producidas por la corona de espinas. Al llegar al lugar del enterramiento el cuerpo fue preparado, se retiró el Lienzo que cubría su cabeza y se le envolvió en la Sábana tal y como prescribía la ley. Por ello las heridas de su rostro quedaron impresas en dos paños distintos que reflejan exactamente las mismas marcas de sangre.
En el Lienzo de Oviedo no hay señal alguna de la imagen que aparece en la Sábana de Turín, tan sólo aparecen las manchas de sangre del grupo AB que es el más común entre los semitas de Palestina.
Los análisis demuestran que la sangre es de un hombre que murió en posición vertical.
Se han encontrado lo que parecen ser residuos de mirra y aloe, los cuales son también mencionados en el Evangelio de San Juan 19, 39-40
"Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar."
El Sudario se colocó encima del rostro de Jesús para limpiar la enorme cantidad de sangre manada de Sus heridas. Después, esta tela fue retirada y el cadáver quedó cubierto con la Sábana. Esto explica porqué coinciden las manchas de sangre del Sudario de Oviedo y la Sábana Santa, pero no existe en el Sudario la imagen que, durante la posterior Resurrección, quedó impresa únicamente en la Sábana Santa.
Las heridas de la corona de espinas coinciden perfectamente con las de la Sábana Santa.
Las manchas de sangre muestran que el Sudario fue colocado sobre la cabeza del Crucificado cuando Éste aún se encontraba en posición vertical, muy probablemente cuando aún estaba en la Cruz.
Los estudios forenses indican que el Sudario fue utilizado para cubrir el rostro de una Persona que murió con una gran cantidad de fluido en sus pulmones. Como sucede con la Sábana Santa, la sangre está mezclada con una gran proporción de fluído pulmonar.
El Hombre sufrió un edema pulmonar como consecuencia de un proceso terminal de muerte por asfixia. Las mayores manchas están formadas por una parte de sangre y seis partes de fluido pulmonar.
El Sudario contiene pólen de Gundelia tournefortii, identico al hallado en la Sábana Santa. Esta planta sólo crece entre el Norte del Líbano y el sur de Jerusalem
El Dr. Max Frei analizó muestras de pólen tomadas del Sudario y encontró especies típicas de Oviedo, Toledo, África del Norte y Jerusalem.





EL CARBONO 14



En 1988 se realizó una prueba de datación con el método del Carbono 14. El resultado fue una edad comprendida entre los años 1260 y 1390.

Esta prueba tuvo una gran resonancia en los medios de comunicación mundial, y muchos dieron por sentado que la Síndone se trataba de una falsificación. Sin embargo, no se prestó la misma atención a las posteriores rectificaciones de los mismos científicos que realizaron el análisis, quienes reconocieron la invalidez de la aplicación de este método de datación porque el carbono-14 de la Sábana Santa está alterado, invalidando la prueba.

Esta alteración del carbono 14 se debe a cuatro motivos principales:
1º. Por la radiación que grabó la imagen. Esto se demostró en el Congreso Científico Internacional de Roma por dos científicos: el Profesor Lindner, Catedrático de Química Técnica en la Universidad alemana de Karlsrue, y el Profesor Rinaudo, Catedrático de Medicina Nuclear en la Universidad francesa de Montpellier.

2º Por el incendio que sufrió en la iglesia de Chamberí en 1532, estando la Sábana Santa guardada en una urna de plata. Así opina Dimitri Koutsenov, Físico Teórico en Moscú. El tejido quedó contaminado por los gases del incendio. Durante el incencio la caja de plata que atesoraba la Sábana se vio sometida a grandes temperaturas, de varios cientos de grados, carbonizando una parte del Lienzo; e incluso varias gotas de plata derretida cayeron sobre la Tela, que resultó dañada, aunque la imagen central quedó felizmente preservada (el punto de fusión de la plata es superior a los 980°). El Pr. Koutsenov ha repetido las condiciones del incendio en el laboratorio demostrando que "el fuego extrajo carbono del aire ambiente y lo pegó químicamente a las fibras. Este carbono, siendo más reciente que la Tela, produce una datación más reciente".
3º. Por la capa bioplástica, de hongos y bacterias, que cubre las fibras. Es una investigación del Dr. Leoncio Garza Valdés, microbiólogo de la Universidad de San Antonio en Texas (EE.UU.).
4ª Hay signos de crecimiento microbiológico en las fibras del lino, lo que también afecta a los exámenes de Carbono 14. Adheridos al lienzo existen elementos recientes, que podrían inducir a error al datar la fecha original de la Síndone, tales como organismos microscópicos, líquenes y hongos.





CONSIDERACIONES FINALES



La Sábana Santa es una abrumadora prueba científica de la existencia de Dios. Difícilmente se podrían presentar pruebas científicas más elocuentes sobre la realidad de Dios que las que nos presenta la Síndone. Pero es posible que muchos ateos, agnósticos e indiferentes religiosos se nieguen a creer en todo lo expuesto. Las evidencias objetivas son abrumadoras, pero no definitivas. Es necesario poner una pequeña porción de fe para creer en la existencia del Hijo de Dios que nos muestra la Síndone.

La Historia Sagrada demuestra que ni aún con las evidencias más elocuentes es posible cambiar el parecer de alguien que no quiere aceptar a Dios. Judas vivió varios años en la compañía de Jesucristo, vio Sus milagros, comprobó por si mismo la sabiduría que emanaba de Sus labios, incluso fue advertido por el Mesías de las nefastas consecuencias que tendría su traición: "¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido." (San Mateo 26, 24) Sin embargo, aún así Lo traicionó por unas miserables monedas.

Otro tanto puede decirse de los ángeles caídos. Estos seres espirituales vivían en la presencia directa de Dios, contemplaban Su infinita belleza, estaban destinados a disfrutar eternamente de la felicidad celestial y... lo tiraron todo por la borda. En un increíble acto de soberbia, vanidad y locura, las criaturas trataron de suplantar al Creador. Estos ángeles rebeldes fueron arrojados lejos de la presencia de Dios y ahora moran entre las llamas infernales convertidos en horripilantes demonios.

Y otro tanto puede afirmarse de los ateos que una y otra vez se niegan a aceptar las luces que Dios les envía a lo largo de sus vidas. Dios los llama insistentemente, pero ellos no escuchan. Rechazan toda evidencia que el Creador les envía. Rechazan la Verdad atesorada en la Biblia, rechazan las luces particulares que reciben a lo largo de su vida, y rechazan las evidencias objetivas que revelan la existencia de Dios. En la mayoría de los casos es un rechazo interesado. Un rechazo debido a la negativa a cambiar de vida y volver a nacer en la Verdad. Un rechazo a abandonar el mal, los vicios y las pasiones desordenadas.

A todos estos sólo puedo decirles que lean detenidamente el informe forense de este artículo. Dios envió a Su hijo a sufrir una espantosa muerte "en rescate de muchos". Tras la muerte no viene la desaparición final, sino la "muerte eterna" en el infierno. Si hubiese aniquilación del alma, no tendría sentido la Pasión de Jesús. Si el alma de los pecadores desapareciese, no habría necesidad alguna de que el Hijo de Dios sufriese por salvar a los hombres, pues los pecadores, simplemente desaparecerían. Ésta es la verdad que ha hecho que hasta los santos tiemblen: el infierno es para siempre.

Sí, ésta es la verdad: Jesucristo murió para salvar a los hombres del infierno eterno.


viernes, 7 de abril de 2017

Identifican la "lanzada» al cadáver que fue envuelto en la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo



Los estudios dirigidos por un investigador de la UCAM reafirman que ambas prendas envolvieron a la misma persona que, ya muerta y en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesó el hemitórax derecho

ABC.ES Oviedo
31/03/2017 

Un estudio médico-forense realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, que ya cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesó el hemitórax derecho, según informa un comunicado de la Universidad Católica de Murcia (UCAM).

Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de esta institución, ha dirigido los estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario que han logrado identificar la «lanzada» al cadáver que fue envuelto en estas telas. Con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejó marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas.

Los resultados del estudio «concuerdan con lo reflejado en el Evangelio de Juan», según el comunicado, que relata que al ver que Jesús ya estaba muerto «no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza».

«Las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características. Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación», explica Hermosilla, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro Internacional de Sindonología de Turín.

Alfonso Sánchez Hermosilla
Alfonso Sánchez Hermosilla- UCAM
La UCAM señala en su comunicado que las manchas en las que se centra el estudio «comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado». Estas manchas, explican los investigadores, se vuelven invisibles si se observa bajo un filtro infrarrojo, «como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica», al contrario de lo que ocurre con la sangre vital, como la de las «marcas puntiformes por ejemplo, fruto de las lesiones atribuidas a la corona de espinas».

El estudio microscópico de las muestras, realizado con microscopía óptica y microscopia electrónica de barrido, «ponen de manifiesto la presencia de estructuras compatibles con hematíes humanos muy dañados, algunos de ellos hemolizados, así como con coágulos de fibrina libres de estructuras hemáticas», señalan.

El análisis médico-forense describe con todo detalle los tejidos y órganos que atravesó el objeto punzante en su hipotética trayectoria y describe cómo los cadáveres de personas que han sufrido una larga agonía, «con mucha frecuencia presentan grandes coágulos de sangre, muy similares a los que formaron la mancha del costado de la Síndone de Turín».

Según los investigadores de la institución murciana, sus resultados avalan la hipótesis de que «quien administró este "golpe de gracia" tenía experiencia, pues al colocar la hoja del arma en posición horizontal podía evitar fácilmente las costillas, sin tener que intentarlo en varias ocasiones, algo que aparentemente no ocurrió, pues no aparecen lo que se denomina en la Medicina Forense "lesiones de tanteo"».

El equipo de investigación de la UCAM ya encontró anteriormente otras «evidencias de que ambas prendas envolvieron a la misma persona» y descubrió en el Sudario de Oviedo «un grano de polen de una planta que, según la palinóloga del EDICES, Marzia Boi, es compatible con la especie botánica Helicrysum Sp., también identificado en la Sábana Santa (Síndone de Turín)», recuerda el comunicado.
(http://www.abc.es/sociedad/abci-identifican-lanzada-cadaver-envuelto-sabana-santa-y-sudario-oviedo-201703311407_noticia.html?ns_campaign=rrss&ns_mchannel=abc-es&ns_source=fb&ns_fee=0&ns_linkname=cm-general)