Llama la atención en el hombre
de la Síndone el hecho de que no le rompieran las piernas, como era
lo corriente. No pudiendo deberse esto a una muerte retardada y por extenuación,
dada la ausencia de sedile, hay que concluir que este crucificado
murió prematuramente, antes del tiempo en que se solía ejecutar
el 'golpe de gracia' (rotura de las piernas). La extremada dureza de la ejecución,
con la durísima flagelación sistemática precedente, el
casco de espinas, las caídas camino del suplicio, la crucifixión
con clavos en la muñeca y ausencia de cuerdas avalan esta suposición.
En cambio, le abrieron el costado
derecho con una lanza. Dice el Dr. Barbet: "La razón de
esta lanzada propinada extrañamente a un cadáver es que el cuerpo
del ajusticiado debía haber sido legalmente entregado a la familia
por el juez. Pero el verdugo no lo podía entregar sin haberse antes
cerciorado de su muerte y, si era preciso, provocarla con una lanzada que
le abriera el corazón. Este gesto, que nos parece extraño, no
es más que la ejecución de un reglamento militar".
Aunque el crucificado, pues, estuviera ya muerto, y precisamente por estarlo
no se le quebraran las piernas, quiso el verdugo practicar esta cautela.
Continúa el Dr. Barbet: "La
lanza se introdujo por el quinto espacio intercostal deslizándose por
encima de la sexta costilla, atravesó la pleura y el pulmón
y alcanzó la aurícula derecha del corazón".
De ahí la abundante sangre y suero que salió de la herida ("La
aurícula derecha... está siempre en los cadáveres recientes,
rellena de sangre líquida").
La lanza entró por el quinto espacio intercostal de derecho.
Efectivamente, sobre el costado
derecho del hombre de la Síndone aparece clara una herida oval de 4'4
cm de larga por 1'4 cm de ancha. Esta herida ha sido causada por un instrumento
de punta con dos aletas laterales cortantes, es decir, por una lanza. De ahí
la forma elíptica de la herida. La
sangre ha fluido hacia abajo y hacia la espalda, indicando con este
segundo reguero cuándo el cuerpo fue colocado en posición horizontal.
Detalle del negativo frontal de la Síndone y del óleo 'Resurrección' de Fco. Trigueros a partir de la Síndone. Véase la herida causada por la lanza en el costado derecho.
Todas las autoridades médicas están de acuerdo en que esta herida fue realizada después de muerto,
juzgando la escasa cantidad de sangre emitida, la separación entre el
coágulo y el líquido seroso, la carencia de hinchazón y el color y
viscosidad de la sangre.
La sangre de esta colada es, por tanto, claramente postmortal, densa y oscura, y se deslizó por
su propio peso, puesto que habían cesado ya con la muerte los latidos
del corazón. Los grumos de sangre aparecen como aureolados por líquido
seroso. Dice el Dr. Barbet: "La sangre, pues, proviene naturalmente
del corazón y no puede venir, en tal cantidad, más que de allí".
Sin embargo, son varias las hipótesis para determinar el origen de esta sangre y líquido seroso:
Por otra parte, el Dr. Barbet cree que la cruz debería
ser baja, de unos dos metros de altura como máximo. Bastaba, pues,
que un soldado de a pie levantara el brazo en posición de ataque para
poder infligir tal lanzada.
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jueves, 27 de diciembre de 2012
La herida abierta del costado, producida por la lanzada
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